A veces, se habla de la conveniencia de saber decir No como un valor esencial en la comunicación con los niños, y como parte de una actitud asertiva por parte de los padres/educadores. Sin embargo, existen alternativas al No, mucho más amables y delicadas, y capaces de surtir el efecto deseado sin despertar susceptibilidad ni provocar resquemores en los niños/adolescentes.
Veamos algunos ejemplos de esos Noes y de sus posibles alternativas:
- No te comerás el helado hasta que te acabes la comida.
- En cuanto te acabes la comida, puedes comer el helado.
- No quiero que juegues en el salón cuando tenemos invitados.
- Prefiero que juegues en tu habitación cuando tenemos invitados. / Puedes jugar en el salón cuando se marchen los invitados.
- No me gusta que me hables de esa manera. Me duele.
- Me gusta cuando me hablas con respeto y con cariño. Me hace sentir a gusto.
- No puedes usar el cuchillo. Eres demasiado pequeño. ¿Es que quieres cortarte?
- El cuchillo es peligroso porque puedes cortarte. Te dejaré usarlo cuando seas un poco más mayor.
- No estoy de acuerdo contigo. No coincidimos en casi nada. No quiero seguir hablando contigo.
- Yo lo veo de un modo diferente, pero coincidimos en algunas cosas. Es un comienzo...
- No me entiendes.
- Quizá no me he explicado bien.
- No deberías ir con ese chico. No me gusta la pinta que tiene.
- Me gustaría que invitaras a esa chico a comer. Tengo ganas de conocerlo mejor.
- Ya sé que has quedado con tus amigas, pero no vas a salir de casa con esa falda tan sumamente corta. Te lo prohíbo.
- Cariño: estás preciosa, ¿pero crees que es apropiado salir por ahí con una falda tan sumamente corta? De todos modos, haz lo que tú sientas.
- No te voy a comprar la moto, así que no me insistas. Te han quedado dos asignaturas para septiembre.
- Estoy dispuesto a comprarte la moto. He visto una que sé que te encantará. Pero tendrás que ganártela.
- No digas mentiras o ya no te querré.
- Te agradeceré que seas sincero y que me cuentes la verdad. Digas lo que digas, te voy a seguir queriendo.
- No me gusta estar contigo en el parque cuando te pones así de enfadado.
- Me encanta estar contigo en el parque cuando estás tranquilo y sonriente.
Carlos Lacomba Verdés, 2014.
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